¿quiénes somos

HERALDOS DEL EVANGELIO?

Los Heraldos del Evangelio son una Asociación Internacional de Derecho Pontificio, la primera aprobada en el Tercer Milenio por su Santidad San Juan Pablo II.

En Guatemala, gracias al amparo de Nuestra Señora, mantenemos una presencia desde el año 1998 hasta la fecha.

Nuestro Fundador

Nacido el 15 de agosto de 1939 en São Paulo, Brasil, Mons. João Scognamiglio Clá Dias fue agraciado por la Providencia, desde su más tierna infancia, con el don de la contemplación, así como con una gran facilidad para percibir, a través de todas las criaturas, la acción de Dios.

Al entrar en la adolescencia y enfrentarse con la decadencia moral y la vulgaridad que ya reinaban en la sociedad de aquel tiempo, lamentó la falta de quienes combatieran con el debido vigor. En su corazón de niño, deseaba ardientemente revertir de alguna manera esa situación. Como primeros frutos de las acciones apostólicas que llegaría a desarrollar, Mons. João se unió a las Congregaciones Marianas. También fue admitido en la Orden Tercera del Carmelo y se consagró como esclavo de amor a la Santísima Virgen, siguiendo el método de San Luis María Grignion de Montfort. Inauguró nuevos métodos de apostolado, abriendo numerosas casas de formación en las que la vida de oración, el estudio y el ceremonial se combinan con el apostolado misionero.

 

FORMACIÓN Y TÍTULOS CONCEDIDOS

Teniendo en cuenta la formación intelectual, espiritual y doctrinal de sus seguidores, Mons. João realizó estudios teológicos tomistas con destacados catedráticos de la Universidad de Salamanca y del Angelicum de Roma.

Además de cursar Derecho en la tradicional Facultad de Derecho del Largo de São Francisco, en São Paulo, también se licenció en Humanidades por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, en Santo Domingo, República Dominicana; obtuvo una maestría en Psicología por la Universidad Católica de Bogotá, Colombia; se doctoró en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino (Angelicum), en Roma, así como en Teología por la Universidad Pontificia Bolivariana, en Medellín, Colombia.

Mons. João también es miembro de la Sociedad Internacional Santo Tomás de Aquino (SITA), de la Academia Mariana de Aparecida y de la Pontificia Academia de la Inmaculada. Ha sido condecorado en varios países por su actividad cultural y científica, recibiendo la Medalla de Ciencias de México y la Medalla Anchieta, considerada la más alta distinción de la ciudad de São Paulo.

Recibió de Benedicto XVI el título de Canónigo Honorario de la Basílica Papal de Santa María Mayor, en Roma, y Protonotario Apostólico. También fue condecorado por el mismo Papa con la medalla Pro Ecclesia et Pontifice, en reconocimiento a toda su obra en favor de la Santa Iglesia.

Información de oratorios

El Apostolado del Oratorio tiene como objetivo principal responder al llamado insistente del Papa Juan Pablo II, quien instó a toda la Iglesia a “remar mar adentro” en las aguas del apostolado, contribuyendo de manera especial al esfuerzo de la nueva evangelización, en apoyo a obispos, párrocos, religiosos, religiosas y laicos.

Este apostolado es promovido por la asociación privada internacional de fieles de derecho pontificio Heraldos del Evangelio.

En particular, se enfoca en facilitar la participación de los católicos no practicantes en la vida eclesial de sus parroquias. Esta iniciativa busca beneficiar no solo a individuos, sino también a las familias en su conjunto.

¿EN QUE CONSISTE Y QUE SE HACE AL RECIBIR UN ORATORIO?

Básicamente, el proceso implica la formación de grupos compuestos por treinta familias, las cuales llevarán a cabo la peregrinación de un oratorio del Inmaculado Corazón de María por sus hogares, siguiendo la imagen de Ella tal como se manifestó en Fátima.

Cada familia recibirá el oratorio en su hogar mensualmente, en una fecha acordada previamente en coordinación con el Coordinador del Grupo. Durante este día, se invitará a amigos, parientes y vecinos para que, juntos, realicen una lectura de un pasaje del Evangelio, dediquen unos minutos a la reflexión, recen el rosario y consagren la familia al Inmaculado Corazón de María.